miércoles, 19 de febrero de 2014

Cinefagia infantil (I): Las Aventuras de Enrique y Ana.

Esta semana en PAPIFRIKI os traigo una joyita de nuestra cinematografía patria, que me parece una forma estupenda de que nuestros peques comiencen a saber que existe algo más que Disney, Pixar y Dreamworks, cuando hablamos de cine infantil. Una cinta maravillosa para que empiecen a compartir ese cariño que muchos papifrikis profesamos hacia los subproductos culturales, el cine de derribo y en general todas aquellas producciones que se alejan del mainstream para encajar entre las letras B y la Z de cine. Esta semana toca hablar de "LAS AVENTURAS DE ENRIQUE Y ANA."
Este era Enrique del Pozo antes de provocarnos nauseas imitando el batdance de Vicent Vega.
Y es que con sus tres añitos recién cumplidos mi peque es ya un cinéfago de primera categoría y esta es posiblemente una de sus películas favoritas. De hecho yo calculo que la ha visto entera (y sin despegar el culo del sofá) unas 12 veces. Y no es para menos la verdad, porque es que esta película tiene todo lo que mola de una Serie-B: robots bastante pedorros, una invasión de alienígenas con careta, mad-doctors estrambóticos, esbirros de pacotilla, aventureros con salacot y unos números musicales muy chulis.

Dirigida por el asturiano Ramón Fernandez (aka Tito Fernández) con un guión de Luís Revenga. Esta hecha para mayor gloria del dúo musical que por aquella lo petaba entre los críos. Y nos cuenta la historia de dos hermanos Enrique (Enrique del Pozo) y Ana (Ana Anguita) que están al inicio del film en un internado. Él como el super-enrollado profe de gimnasia y ella como alumna resabida y hembra-alfa de su clase. Esta situación cambiará pronto ya que la Dirección del Centro, descontenta con los "modernos métodos pedagógicos" de Enrique, decide prescindir de sus servicios y Ana, ante la perspectiva de quedarse sola, se fuga con él. 
Al loro: Ana Anguita recibió, por su participación en esta película, el premio Romy Schneider para el joven descubrimiento del año en el Montreal Film Festival (1982)




En el trayecto la pareja sufre un accidente de automóvil ante el descojone generalizado de los Coconuts, un conjunto musical infantil liderado por Achero Mañas, con tales pintas que parecen sacados de la tribu de niños perdidos de Mad Max 3. En vista de su interés compartido por la música Enrique y Ana unen sus fuerzas a estos Coconuts para presentarse al concurso de talentos musicales de Radio Doble Z y se van todos juntos a la casa de su Abuelo (Luís Escobar), uno de esos genios científicos cuyo campo de trabajo abarca cosas tan dispares como la robótica avanzada o la alta ingeniería genética y que por los que se ve, parece ejercer la tutoría legal de ambos hermanos.


Achero Mañas: Líder indiscutible de este grupo de niños postapocalípticos.
Aquí arranca, la que desde mi punto de vista es la trama más interesante de esta película, porque el Abuelito de marras, como si de un Bukaroo Banzai de la tercera edad se tratase, no sólo está metido de lleno en unas investigaciones que revolucionarían la ciencia tal y como la entendemos, si no que junto con su amigo el Tio Stanley (José Lifante) se ha hecho con la asombrosa Piedra Mandarina, una joya que dejaría a las Gemas del Guantelete del Infinito de los cómics Marvel a la altura del betún. Ya que ella solita es capaz de convertir los objetos en oro, hacerlos invisibles, materializarlos (sea lo que sea eso) y hacerlos explotar. ¡¡¡Toma ya!!! ¡Muérete de envidia Thanos! 
Omicon: mitad robot, mitad mueble del IKEA.
Por todo ello El Abuelito está en el punto de mira de una peligrosa avanzadilla  extraterrestre liderada por el aterrador Barón Von Neckruch, un estupendo Agustín González con aún más mala leche de la habitual.

Agustín González haciendo un papelón.
Tras recibir cuatro nociones musicales de la Profesora Castañeta (Amparo Soler Leal) y tras ¿media hora escasa? de ensayo, Enrique, Ana y Los Coconuts se presentan al concurso de Radio Doble Z y pese a la durísima competencia lo ganan, en lo que sin duda es uno de los grandes pucherazos de la historia de la música. Porque si no, no se explica que su "Super Disco Chino" (que pese a lo pegadizo no deja de ser un jingle promocional) quede por encima de ese pedazo de tema de los Punkitos que es "Caca, culo, pedo, pis." Toda una sátira a la impostura y a la provocación de chichinavo con la que muchas bandas de los '80 salían a la palestra, o quizá simplemente la obra de un genial compositor aquejado de síndrome de Tourette. En fin...
Pepa Pipa: Una artista incomprendida.
Tras este enorme éxito, que lanza al estrellato internacional de manera fulgurante al dúo y sus comparsas, el Barón Von Neckrunch traza un plan de secuestro para tener con que chantajear al Abuelito y así poner al fin sus garras sobre la Piedra Mandarina. El plan, a lo precario de su ejecución, sale bien y el Abuelito tiene que ceder, aparentemente, a las maquinaciones del Barón. Afortunadamente Enrique nos muestra que no sólo es un magnífico interprete, si no que además es un héroe de acción de tomo y lomo y tanto él como Ana, Los Coconuts y La Profesora Castañeta consiguen escapar de las mazmorras en las que permanecían prisioneros de una manera, que para ser sinceros, sólo pudo salir bien porque estaba en guión.

Al final todo se resuelve con una sonrojante batalla entre las demoniacas fuerzas extraterrestres, Enrique, Ana y el ejercito personal del Abuelito ,que por supuesto  triunfan, y el Barón Von Neckruch no tiene más opción que huir a su planeta a bordo de su cohete espacial, prometiendo regresar para volver a ponerles las cosas difíciles a nuestros protagonistas en una segunda parte que nunca llegó a buen puerto.

Casi al final la película se descuelga con este inesperado guiño a The Rocky Horror Picture Show.

No le conviene pasar por alto a ningún papifriki que aunque por su argumento podría catalogarse de thriller de ciencia-ficción, Las Aventuras de Enrique y Ana es principalmente un musical y precisamente en su B.S.O. descansa gran parte del atractivo de la peli para nuestros peques. Temas como "Haz ruido", "¿Qué es un Coconut?", "Co-co-ua", "Abuelito" les alucinarán y a nosotros no retrotraerán a otros tiempos en los que no nos preocupaban las calorías de los bocatas de Nocilla.
 ¡Y es que Las Aventuras de Enrique y Ana es super, super-divertida de verdad!

No hay comentarios:

Publicar un comentario