viernes, 31 de octubre de 2014

Superman, Batman y Wonder Woman: Los más mejores del mundo mundial.

Todos los papifrikis sabemos que Superman, Batman y Wonder Woman forman la "Santísima Trinidad" de los cómics. Son tres personajes icónicos, precursores de todos los demás superhéroes y los únicos que no vieron canceladas sus respectivas series, cuando la popularidad de este género, el de los superhéroes, cayó en picado allá por la década de los 50. 
 
Una baza ganadora.
Así que, aún a sabiendas de que con lo que voy a decir a continuación me voy a granjear la enemistad eterna del sector Marvelzombie, en mi humilde opinión, si hay que empezar por algún lado a introducir a nuestros peques en el mundo de los tebeos sobre tipos y tipas en pijama, es precisamente por este trío de ases y no por otros, que a día de hoy se han vuelto más populares, como pueden ser Spiderman, Thor, Hulk, El Capitán América, etc.

Para ello, Ediciones Kraken nos trae la colección de los tres cuadernos que Ralph Cosentino escribió e ilustró para Viking Children's Books: BATMAN. La historia del caballero oscuro; SUPERMAN. La Historia del hombre de acero; y WONDER WOMAN. La historia de la princesa amazona
 

¿Se puede ser más chulo que Batman?
Los tes volúmenes, de 32 páginas cada uno, siguen la misma estructura: Una breve introducción, un repaso al origen de cada uno de los tres personajes, la galería de sus principales archienemigos y un final que recalca la esencia diferenciadora de cada uno de los tres; aquello que en el fondo suponen los clichés que codifican todo el género superheroico: La lucha contra el crimen (Batman), la protección de la humanidad (Superman) y la defensa de los más débiles (Wonder Woman).

Fue creada por el mismo tipo que inventó el primer detector de mentiras


Si bien el apartado gráfico es donde el trabajo de Cosentino parece destacar, con un trazo limpio y un atractivo estilo pop-art, lo cierto es que al leerle a mi peque los cuadernos dedicados a Batman y a Wonder Woman, me di cuenta de que este hombre había hecho un gran trabajo de adaptación para hacer digeribles estos personajes a los niños más pequeños. Así, un origen tan peliagudo como es el del Señor de la Noche (muerte de los progenitores mediante) queda reflejado con gran fidelidad en sus páginas. Pero ahorrándonos, eso sí, los detalles más truculentos que podrían provocar no pocos malos rollos en sus tiernas cabecitas. Buen trabajo que se repite en el dedicado a Wonder Woman, creada por un auténtico erudito, pero cuyo génesis aquí se simplifica para poder ser entendido, aún sin tener ni pajolera idea de la mitología helénica, pero sin fallar a la esencia de la princesa amazona. ¡¡¡Muy bien hecho señor Cosentino!!!
Cosentino destila arte pop por los cuatro costados

En definitiva, tres buenas lecturas para irse a la cama y soñar con un mundo maravilloso repleto de aventuras excitantes aún por descubrir.

viernes, 10 de octubre de 2014

Danzando al son de los huevos.

Tras esta temporada de sequía de posts, quiero retomar este blog reseñando el juego La Danza del Huevo, ya que se trata de uno de esos juegos "para todos los públicos" que conviene conocer. Un juego con el que tanto los peques como los adultos "marchosos" podemos pasárnoslo pipa jugando juntos.
 

La gracia de la Danza del huevo radica en una muy acertada combinación de diseño del producto y unas reglas muy sencillas, pensadas para generar una dinámica de juego muy divertida. A lo que se suma la excelente calidad de los materiales de fabricación a la que nos tiene acostumbrados la marca alemana HABA.

En el interior de la caja nos encontramos nueve huevos de goma, un huevo de madera y dos dados de seis caras, uno rojo y otro blanco, fabricados en madera y bastante grandes. Hay que decir que existe una versión de este juego en el que la caja que lo contiene todo tiene el aspecto de la típica huevera de cartón, pero yo tengo la versión con la caja más normalita.

 
La family danzando al son de los huevos
Por turnos iremos lanzando el dado rojo y realizando las diferentes pruebas según salga un símbolo u otro de sus seis caras: imitar el canto de un gallo; coger un huevo mientras rebota; dar una vuelta completa alrededor de la mesa... El primero en completar cada una de las pruebas se queda con uno de los huevos de la caja o robado a otro participante. Y aquí está buena parte de la gracia de La Danza del Huevo, porque los huevos obtenidos hay que guardarlos donde determine el dado blanco (entre las rodillas, bajo la barbilla, bajo el sobaco...) Esto va incrementando la dificultad para realizar las pruebas, así como la risión generalizada de todos los jugadores, a medida que se van acumulando huevos. La partida finaliza cuando a alguien se le cae al suelo uno de sus huevos, resultando ganador el que más puntos haya obtenido, teniendo en cuenta que cada huevo de goma vale un punto y el de madera, dos.
 
La Danza del Huevo me parece una magnífica idea para animar una tarde de verano al aire libre o una fiesta de cumpleaños. Eso sí, recomiendo que se juegue en sitios espaciosos y despejados para evitar accidentes a los que somos propensos los papifrikis un poco torpes, cuando lo damos todo para ganar. Por otro lado, al ser un producto de HABA, tenemos la seguridad de que su fabricación ha sido respetuosa con el medio ambiente, lo cual debe ser siempre un punto importante a tener en cuenta por todo aquel buen papifriki que se precie.