viernes, 10 de octubre de 2014

Danzando al son de los huevos.

Tras esta temporada de sequía de posts, quiero retomar este blog reseñando el juego La Danza del Huevo, ya que se trata de uno de esos juegos "para todos los públicos" que conviene conocer. Un juego con el que tanto los peques como los adultos "marchosos" podemos pasárnoslo pipa jugando juntos.
 

La gracia de la Danza del huevo radica en una muy acertada combinación de diseño del producto y unas reglas muy sencillas, pensadas para generar una dinámica de juego muy divertida. A lo que se suma la excelente calidad de los materiales de fabricación a la que nos tiene acostumbrados la marca alemana HABA.

En el interior de la caja nos encontramos nueve huevos de goma, un huevo de madera y dos dados de seis caras, uno rojo y otro blanco, fabricados en madera y bastante grandes. Hay que decir que existe una versión de este juego en el que la caja que lo contiene todo tiene el aspecto de la típica huevera de cartón, pero yo tengo la versión con la caja más normalita.

 
La family danzando al son de los huevos
Por turnos iremos lanzando el dado rojo y realizando las diferentes pruebas según salga un símbolo u otro de sus seis caras: imitar el canto de un gallo; coger un huevo mientras rebota; dar una vuelta completa alrededor de la mesa... El primero en completar cada una de las pruebas se queda con uno de los huevos de la caja o robado a otro participante. Y aquí está buena parte de la gracia de La Danza del Huevo, porque los huevos obtenidos hay que guardarlos donde determine el dado blanco (entre las rodillas, bajo la barbilla, bajo el sobaco...) Esto va incrementando la dificultad para realizar las pruebas, así como la risión generalizada de todos los jugadores, a medida que se van acumulando huevos. La partida finaliza cuando a alguien se le cae al suelo uno de sus huevos, resultando ganador el que más puntos haya obtenido, teniendo en cuenta que cada huevo de goma vale un punto y el de madera, dos.
 
La Danza del Huevo me parece una magnífica idea para animar una tarde de verano al aire libre o una fiesta de cumpleaños. Eso sí, recomiendo que se juegue en sitios espaciosos y despejados para evitar accidentes a los que somos propensos los papifrikis un poco torpes, cuando lo damos todo para ganar. Por otro lado, al ser un producto de HABA, tenemos la seguridad de que su fabricación ha sido respetuosa con el medio ambiente, lo cual debe ser siempre un punto importante a tener en cuenta por todo aquel buen papifriki que se precie.

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